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Empezamos de Au-Pairs y hemos seguido adelante.
Somos pocas pero nuestras quejas son múltiples.
Que estemos lejos no quiere decir que estemos contentas,a pesar de que somos conscientes de que podría ser mucho peor.
Si no te gusta tu curro pero sabes que encontrarás alguno donde encajar, éste es tu sitio.

jueves, 7 de febrero de 2013

Host-mums


Las host-mums, esas criaturas.

Toda au pair que diga que su host-mum es adorable, miente a boca llena. Las host-mums adorables son seres mitológicos. Como los unicornios, los gamusinos y los políticos honrados.


Así que, futuras au pairs del mundo, nunca os dejéis embaucar por la sonrisa que hay detrás de un “happy?” ni porque os peloteen llevándoos algún alimento que saben que os gusta (como mis yogures griegos de medio kilo), porque luego os pasarán cosas como ésta:


Un día como otro cualquiera, 17:30, el niño y yo cenando. Todo bien, sólo tenía que recoger la cocina y sería libre. A las 17:55 el niño estaba metiendo los cacharros en el lavavajillas y yo dejando la cocina como los chorros. De esto que la madre llega, me llena de mierda la alfombra, aspirada ese mismo afternoon, mientras dice un “Oh dear! I’m so sorry, I’ll hoover that”. Se va a hacer la cena y me dice que no me moleste en terminar de limpiar y recoger la cocina, que ya lo hace ella, y me ofrece una taza de té. Y con la taza a mi habitación me fui. Qué maja, ¿eh?


Sí, majísima, hasta que a las 7 de la mañana del día siguiente bajo a la cocina y me encuentro un percal que ni en Jumanji: todos los fuegos de la cocina (porque no tenemos vitrocerámica) sucios y llenos de grasa, la pila llena de cacharros resecos y la encimera llena de trastos. La alfombra sin aspirar, claro. El lavavajillas sin poner y en el armario ni un plato. El qué coño había pasado allí no lo sé, pero nunca nadie me había dado los buenos días de una manera tan agradable.

Se aceptan sugerencias de venganza.


Y ojo con vuestra host-mum, ¡alerta permanente!


-Blondy-

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