Ésto se acaba.
Nada es para siempre y no llueve eternamente, ni si quiera en Londres.
Y una ya se harta.
Me ha picado un mosquito en el cuello pero me pregunto seriamente si no será una de esas bolas de grasa de ira contenida que le salía a Homer Simpson cuando se aguantaba la rabia y las ganas de matar.
Ordenar los armarios de la ropa de las niñas y que se produzca un tornado por toda la habitación, gracias a su querida madre, es algo que produce estrés.
Que te ponga tres babysittings en una semana y que no puedas hacer planes.
Y que a los cinco minutos te diga que mejor no va a salir y que por qué no llamas a alguien para irte a dar una vuelta.
O mejor,¿no te apetece hacer unos abdominales conmigo?
¿Sabes lo que me apetece, de verdad, de verdad de la buena?
Pero no.
En vez de eso, os cuento mis penas, que no son más que problemas primermundistas que en realidad son un chiste malo.
En vez de eso, me pongo a empaquetar mis cosas, aunque aún me queda un mes y medio para irme.
UN MES Y MEDIO.
ESTO ESTÁ HECHO, CHICAS.
Estoy a un mes y medio de abrir otro blog para quejarme de mi ausencia de trabajo y de, con un poco de suerte, poder quejarme a continuación de mi nuevo y terrible trabajo.
Qué ganas!!!
-Nuyë-
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