Acabo de volver de unas vacaciones
maravillosamente largas (aunque nunca sean lo suficiente). Y sí, ya tengo
algo que contar.
Según me recoge mi host-mum del aeropuerto y después de las
típicas preguntas que la gente hace por educación, no porque le importen una
mierda tus vacaciones (al fin y al cabo, ¡por fin estás de vuelta para seguir
limpiando su mierda!), te suelta así como quien no quiere la cosa, como quien
dice que llueve en Inglaterra, que, si eso, el mes que viene le haga un perfil
en una página de au pair y que yo me encargue de buscar a gente y de
seleccionarla.
Que los requisitos tienen que ser tal, tal y tal, y claro
“because I’m not a racist, but… you know, only people from Western European
countries” y yo asintiendo a todo, claro, porque qué voy a hacer.
Así sigue
parloteando un rato y yo haciendo como que la escucho diciendo de vez en cuanto
algún yeah o ok.
Y mientras ella habla, yo voy pensando
a ver a qué ilusa engaño yo para que se
venga aquí y me acuerdo de lo que me contó a mí la au pair anterior… Y supongo que no será tan difícil,
aunque me sigue tocando la moral igualmente, que parece que aquí todo el mundo
es manco.
Yo no sé si debió de ver algo en
mi cara que indicara mi poco entusiasmo, que ahí fue cuando decidió sacar el
tema “cumpleaños” y hay que reconocer que la tía sabe jugar.
¡Hola Javi
Vomitador!
-Blondy-
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