La entrevista tuvo lugar la semana pasada, juHtamente el lunes pasado, y se llevó a cabo de la misma manera que el resto de las otras tropecientasmil.
Cosas como "¿qué crees que podrías aportar a la empresa?", "¿cuál es tu mayor virtud y tu mayor defecto?"
Y yo, que aunque digo que sí, no sé mentir, pues ya os podéis imaginar.
La respuesta final a, "Do you have any question for me?", fue algo que atravesó mis labios sin a penas pensarlo. Le dije "When can I start?"
Y él dijo, "I wanted to ask you the same. What about next Thursday?"
¿Verdad que es una historia preciosa?
Pues es cierta.
Lo que ya no es tan cierto es que el curro sea tan ideal como parecía.
A ver si os vais a pensar que no iba a sacarle pegas o a quejarme.
Psé.
A ver, es una cosa fácil. Tan fácil que es mortal, creo yo.
Ayudar a la gente, lo que se dice ayudar, ayudo.
Pero lo que más hago es colocar cosas y cagarme en los costumers.
Y sudar.
Es una tienda divina de la muerte, y sin aire acondicionado.
Lo que yo no sé es por qué los clientes se acercan a preguntarnos nada, si todos, sin excepción, apestamos.
En fin, que no todo es malo, vuelvo a tener un sueldo estable, y un horario que me deja cenar todas las noches en casa.
¿Qué más se puede pedir?
-Nuyë-
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